Hola a todos. Llegó el gran día del maratón en San Sebastián, Donosti para los locales, y allí tratamos de dar la talla y dejar el pabellón guadalajareño bien alto. Una carrera bonita por la gente y por la misma ciudad, preciosa como pocas y que hace gala a su segundo y no tan conocido nombre, la Bella Easo. La suerte para mí es que se encuentra a escasa hora y cuarto de tiempo desde mi casa. Plenamente recomendable en cualquier caso el maratón para todos aquellos que no conozcáis la ciudad o que, si la conocéis, barajáis la posibilidad de correr algún año de éstos por sus calles y junto a la famosa playa de la Concha, lo que siempre será un puntazo.
Por supuesto que ambos casos lo suyo sería adelantar la llegada al viernes. Así podréis combinar la carrera del domingo con la visita de rigor por sus calles y atracciones, entre ellas el acuario si tenéis un niño pequeño o el niño pequeño lo lleváis por dentro o si, simplemente, os gusta el mundo marino. Para llegar hasta allí, además, no hay excusa alguna para no atravesar el casco viejo y tomar algún pintxo acompañado de un caña incluso con alcohol. Eso sí, reaccionad a tiempo si queréis comer o cenar pasta porque los restaurantes italianos no abundan y las hordas de franceses que se dan cita en la ciudad comen y cenan a horas incomprensibles para nosotros.
Nosotros reaccionamos a tiempo y todo, sencillamente, salió genial. Que sepáis que genero mucha envidia a los colegas que me acompañaron y también corrieron, vecinos míos de Castro Urdiales (Cantabria), por formar parte de un club tan insigne y tan maratoniano. Hablo mucho de el y vosotros y eso que vivo a quinientos kilómetros.
Me ofrezco a cualquier gestión o información que por cuestión de cercanía os pueda proporcionar para ahora o en lo sucesivo, para cuestión de correr o lo que queráis.